Hola, me llamo Raquel Segovia

y, junto con mi equipo, hago que tu día a día y el de tu negocio sea un poco más fácil.

Me crie en un pueblo de Toledo que se llama Sonseca.

Al contrario que muchas personas que en los años 80 emigraban de los pueblos hacia las grandes ciudades, mis padres emigraron de Madrid para que yo me criase en un pueblo.

Aquí debería contarte todo el esfuerzo que me supuso llegar hasta donde estoy, pero no lo haré.
Básicamente porque no hay historia de superación. Simplemente es suerte.

Es la suerte de haber caído en una familia donde mi padre se dedicaba a lo que a mí más me gustaba, desde que siendo una cría iba a ayudarle a su despacho. Mirar balances, comparar plantillas de trabajadores y escuchar historias de empresas que no conocía. ¡De hecho, alguna de mis compañeras de hoy, me ha visto hacer la comunión!

Así que ya ves, no hay nada de cruzar tres continentes descalza, ni pasarme dos meses caminando por el desierto del Sahara, para encontrar que es lo que realmente me gustaba hacer. No hay ninguna historia épica. Simplemente suerte, como los gatos, que siempre caen de pie.

Cómo sabía que este mundillo me inspiraba, todos mis estudios siempre han ido dirigidos hacia ello, por eso hice Empresariales y un master de fiscal. Y mientras mis amigas se daban un viajazo increíble de tres meses por Asia, yo asumí la dirección de la empresa de mi padre. Al principio, los tenía de corbata, pero hoy lo pienso, después de haber pasado una pandemia preparando ERTE’s, subvenciones, ayudas, restricciones, teletrabajo, las leyes cambiando diariamente, todo corriendo; creo que estamos preparadas para todo.
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